Mr. Robot (I): ¿Apuntes sobre una realidad contemporánea?



S

i puede presumirse que la Modernidad fragmentada un ataque moral sistemático a las individualidades insatisfechas que son negadas, bajo una desregulación de los patrones contractuales canonizados, ¿cuál es el movimiento personal eficiente capaz de reformular la estructuración de poder de las relaciones societarias inscriptas en los regímenes liberales capitalistas contemporáneos? Marginalidad, marginación, otredad y alienación actúan como fronteras cuyos límites invaden y retroceden estableciendo tensiones en un juego de categorías que con astucia encuentra atajos conceptuales para negar la existencia de lógicas expulsivas.


"Lo que estoy a punto de contarte es sumamente clasificado, una conspiración más grande que todos nosotros. Ahí fuera hay un grupo de personas que gobierna el mundo en secreto. Estoy hablando de unos tíos que nadie conoce, de unos tíos invisibles, el uno por ciento que está por encima del uno por ciento de los que juegan a ser Dios sin permiso". 

Bajo estas limitaciones, la subjetividad crítica visualiza el aprisionamiento de la “caja de hierro weberiana”: una racionalidad instrumental que, inicialmente desde el Estado,  administra con legitimidad tácita la disposición económica de los cuerpos. Sin embargo, ante la transnacionalización de las relaciones económicas de relaciones económicas que guardan el prejuicio de las relaciones civiles de igualdad entre partes, y la acefalía de “ese gran Leviatán que se llama Estado o república” cuando parece caducados (al menos, para una percepción general en los regímenes de mayor desregulación) el compromiso acordado de garantizar la seguridad de la sociedad. Es la consumación del “Estado de clase” acusado por Marx, cuya evolución hace visible el gobierno de una oligarquía económica sobre una vida política inexistente, o en el caos de un estado de naturaleza económico en el peor de los casos.
Así, la globalización retrocede en su promesa ilustrada de fraternidad para exponer entornos decisionales semiclandestinos de las elites y a poblaciones aprisionadas en compartimentos comunicacionales.
Los colectivos transformadores se disuelven bajo la convención de una promesa permanente (la expectativa individualista de un “camino de vida americano”) mientras la operatividad de un orden social injusto ha dejado de ser una pesadilla futurista para ser una realidad de facto. Clandestinidad, finanzas y resistencias individuales son referencias centrales en la serie que USA Network lanzó en 2015 bajo la creación de Sam Esmail se inspira en acontecimientos sociales imprevistos: movilizaciones por la modernización social en cultural conservadoras, hackeos por cyberactivistas, la difusión de crímenes de Estado en la web y publicitación de nóminas de personalidades con fondos no declarados en paraísos fiscales, sucesos todos ellos que cuestionan la idoneidad moral de las élites mundiales.

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