Pensando Bourdieu. Reseña de (1987) Cosas dichas, de Pierre Bourdieu (2)

2. Nuevos y viejos dioses: La competencia en el campo teológico

En "La disolución de lo religioso", Bourdieu realiza una genealogía sobre el origen histórico de la "manipulación legítima de los bienes de salud", examinando la paulatina escisión del rol del campo religioso. El monopolio de la competencia legítima ahora encontraría, por caso, una gama ampliada de especialistas. El campo de la manipulación simbólica (es decir, de actores de producción de una visión del mundo) contiene a psicoanalistas, psicólogos, sociólogos y trabajadores sociales bajo una forma laicizada, siendo separada la cura del alma de la cura del cuerpo. Un dato, no menos, para la explicación de estos cambios estaría dado en una elevación generalizada del nivel de instrucción.
En este cuadro, el clérigo religioso, en la tentativa de promover un modelo de vida, sufriría las restricciones de un campo propio cuya estructura ha mutado. De dominante, tiende a volverse dominado, en provecho de clérigos cuya cientificidad no sería distinta  las de las autoridades religiosas del pasado. Pero si las estructuras teológicas se ven permanentemente renovadas bajo las promesa de un inclusivo paraíso armonioso, Bourdieu omite aquí (llamativamente)referencias sobre los medios de comunicación, acaso los mayores depositarios de fe ciudadana y formadores ineludibles de la opinión pública.

Otro aspecto paradójico que se desliza del texto es la defensa que Bourdieu sostiene en otros escritos por las ciencias sociales con esta inclusión de los sociólogos en el espacio  de los nuevos clérigos (las preguntas son obvias ¿serían los sociólogos o algunos sociólogos? ¿se desprende de un criterio relativista, de pugna de verdades?). Acaso porque la misma producción científica no sea sino un descanso de la consciencia en la creación y proclamación de interpretaciones de los investigadores frente a otros miembros del campo.


Una práctica bastante alejada a una modificación humana de las condiciones de existencia, en que el conocimiento académico, tras agotarse en los esfuerzos de sus productores por su reconocimiento, se ve sepultada por crónicas frívolas y otras variantes de comunicación desvergonzada.

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